Durante los años 40 y principios de los 50, en México no había Televisión, ni internet, ni teléfones móviles, ni xbox, ni microbuses, ni metro (subway), ni supermercados, ni Instituto Mexicano del Seguiro Social. Para nuestras infantiles enfermedades, mis papás recurrían a un médico particular,. colega de uno de mis tíos (el excelente, amable y simpático doctor Idelfonso Donis).
Para ir a la primaria, nos recogía el camión de la escuela, lo cual era muy entretenido. El chofer, que se llamaba Ernesto, era muy buena persona, y muy paciente. En primero me tocó en una escuela (Niños Héroes), que estaba muy cerca de la casa y en la cual al mediodía había un receso para ir a comer a la casa, o en la escuela los que estaban de medio interno.teniendo que regresar para los estudios vespertinos. Mi maestra de primero, la seño Chelo era clásica de la
época, vestida siempre de color oscuro y peinada de chongo.
Ah, tampoco existían entonces los bolígrafos, y se usaban "manguillos" que había que remojar en el tintero, teniendo que secar después lo escrito con un papel secante.
No hay comentarios:
Publicar un comentario